¿Ya no soportas el calor y no tienes aire acondicionado? ¿Te preocupa que tu casa tenga una mala ventilación y se propaguen virus con facilidad por el aire viciado? No temas, en este artículo te explicaré todo lo que necesitas saber para ventilar tu hogar de forma natural.
Crea corrientes de aire que atraviesen tu casa
Si quieres una ventilación natural óptima en tu hogar, todo lo que tienes que hacer es generar corrientes que pasen por cada habitación. De esta forma se renueva el aire que respiras y se mantiene fresco el ambiente.
Para ello, por lo general, basta con que utilices las aberturas correctas para sacar el máximo provecho al viento exterior. Es decir: no es cuestión de abrir todas las ventanas y puertas de tu casa. Se trata de que el aire pase por sitios estratégicos para lograr la mejor ventilación posible.
A continuación, te daré algunos consejos para lograr esto de forma fácil y rápida.
Haz que el aire entre y salga
Para cada espacio, debes lograr que el viento entre por una abertura, recorra la habitación y luego circule hacia el exterior a través de otro orificio.
Si tu sala o alguna estancia solo tiene una ventana, asegúrate de mantener la puerta abierta para que la corriente de aire pueda circular de forma adecuada: si la brisa entra y sale por la misma abertura, no lograrás ventilación alguna.
Aprovecha la dirección del viento
Asegúrate de mantener abiertas las ventanas que se encuentran en la dirección en la que sopla el viento. Es decir, si este va de norte a sur, tendrás que abrir las ventanas que se dirigen al norte (por donde entrará el aire) y al sur (por donde saldrá). Lo mismo aplica para cada estancia.
La diferencia de presión entre las zonas ubicadas a barlovento (desde donde sopla el viento) y sotavento (hacia donde sopla) hará que crees una corriente de aire bastante eficaz para ventilar tu hogar. Este efecto se conoce como ventilación cruzada.
Abre ventanas y puertas en paredes opuestas
La clave de la ventilación cruzada que te he mencionado es aprovechar las aberturas que se sitúan en paredes opuestas, pues lo ideal es que el viento recorra todo el espacio.
Por ejemplo, si alguna habitación de tu casa tiene una puerta en una pared ubicada a barlovento, y dos ventanas en la pared contigua, lo mejor es abrir la puerta y la ventana más alejada.
Si una estancia tiene solo una puerta y una ventana, y se encuentran muy próximas, deberás mantenerlas abiertas el mayor tiempo posible, pues la ventilación del lugar (en especial de las zonas más alejadas de las aberturas) resultará muy pobre.
Considera el tamaño de las aberturas
Para que el aire circule a mayor velocidad dentro de cada estancia, lo mejor es que los orificios por los que entra el viento sean más pequeños que aquellos por donde sale.
Una buena opción es que el aire ingrese a la habitación por una ventana y se dirija hacia el exterior a través de una puerta.
Considera la posición de las aberturas
Para lograr una ventilación eficaz es ideal que la entrada del viento se sitúe más baja que la salida. Así puedes aprovechar el hecho de que el aire caliente tiende a subir, y tu casa se mantendrá a una temperatura más fresca.
Al hacerlo, crearás lo que se conoce como ventilación natural inducida, muy útil en climas calurosos y en grandes espacios.
Además, si el viento ingresa por una abertura situada en una parte muy alta, a más de 2 metros del suelo, es posible que recorra solo la zona cercana al techo. Si esto sucede, quienes se encuentren dentro de la estancia no podrán percibir la sensación refrescante de la corriente de aire, pues esta circulará por encima de sus cabezas.
Ventila las habitaciones más frecuentadas
Al ventilar tu casa, es importante que priorices los espacios donde hay más actividad: aquellos en los que tú y tu familia pasáis más tiempo. Por ejemplo, la cocina o el salón. Estas estancias son las que tienden a tener el aire más viciado y una mayor temperatura, por eso deben ser las más ventiladas. Claro que esto también dependerá de la altura y la cantidad de metros cuadrados de cada habitación.
Selecciona las ventanas adecuadas
Si intentas todo lo que te aconsejado y aún no logras una buena ventilación de tu hogar, es posible que el problema sea el tipo de ventanas que tienes. A continuación, te comento qué diseños de ventanas te resultarán más convenientes.
Escoge ventanas que se puedan abrir por completo
Existe una gran cantidad de ventanas correderas que solo te permiten aprovechar la mitad de la abertura. Esto limita el paso del aire y, por lo tanto, empobrece la ventilación. Por eso es preferible instalar ventanas que se puedan abrir por completo.
Elige ventanas que permitan varios ángulos de apertura
Es importante que seas capaz de controlar el flujo de aire conforme cambie la dirección del viento, y según desees un ambiente más cálido o más frío. Por eso son ideales las ventanas que te permiten un amplio rango de ángulos de apertura con los que puedas jugar a tu gusto.
Aprovecha árboles y muros
Si el diseño de tu vivienda no permite una buena ventilación, puedes colocar árboles, arbustos y muros alrededor, de forma estratégica, para aprovechar mejor la brisa. Estos elementos no solo generan sombra, que ayuda a mantener el ambiente fresco, sino que además te permitirán crear un camino que el aire pueda recorrer antes de entrar a tu casa.
Si es posible, te aconsejo situar objetos que permitan que el aire entre con una inclinación de 45º con respecto al suelo. Esto aumentará la velocidad a la que circula en el interior de tu hogar.
La circulación del aire en la casa es fundamental
¿Qué factores debes tener en cuenta para ventilar?
Antes de poner en práctica las recomendaciones que te he comentado, es importante que consideres estos 2 factores:
La dirección del viento
Para conocer cuál es la dirección dominante de las corrientes de aire en tu zona, puedes fijarte en la naturaleza:
- Los árboles ubicados a barlovento, por lo general, están más deshojados y son más pequeños que los situados a sotavento.
- Existen algunos árboles que crecen inclinados hacia donde sopla el viento.
Además, debes saber que la corriente puede cambiar de sentido durante el día. Por ejemplo, si vives en zonas costeras, notarás que de día circula desde el mar hacia la tierra, mientras que de noche ocurre lo contrario.
La velocidad del viento
La mayoría de las veces, para que una corriente de aire produzca una sensación refrescante y confortable, basta con que circule a una velocidad de 0,5 a 1 m/s. Al menos, esto sucede en espacios con personas que no desempeñan actividades de gran actividad física, en cuyo caso se necesita una velocidad del viento de 1,3 a 2,5 m/s.
Si circula a más de 2,5 m/s, no tendrá un efecto confortable, sino todo lo contrario: molesto. Por eso, debes lograr que el aire recorra tu hogar a una velocidad óptima: ni muy rápido, ni demasiado lento.
Con todos estos consejos y factores a considerar, verás que ventilar tu casa sin un ventilador o un aire acondicionado resultará muy sencillo.