Si vives en un país de clima frío o con temporadas de invierno, la calefacción no es un lujo, sino una necesidad. Existen distintos sistemas que te pueden ayudar a mantener la calidez de tu hogar, algunos de los más usados funcionan con electricidad, gas natural, aerotermia y geotermia.
La mayoría de estos mecanismos tienen desventajas importantes. Algunos generan gases y humos contaminantes, mientras que otros tienen un alto nivel de consumo energético. Sin embargo, los acumuladores de calor son una alternativa ideal para reducir gastos y evitar los efectos negativos de los calefactores tradicionales.
¿Qué es un acumulador de calor?
Los acumuladores de calor son aparatos que emplean electricidad para generar y almacenar energía térmica a bajo coste. Para lograrlo, cuentan con resistencias que se encienden y calientan durante los horarios de tarifa reducida, que suelen ser los nocturnos. Después, liberan la temperatura de forma progresiva en el día o cuando lo necesites.
Los calefactores tradicionales utilizan la electricidad y emiten calor de manera simultánea. Sin embargo, los acumuladores tienen ciclos de carga y descarga programables. Así, puedes configurarlos para usar la corriente cuando su coste es menor.
A pesar de que estos dispositivos suelen ser caros, con el tiempo ayudan a reducir gastos. Además, su instalación, mantenimiento y uso es simple, de modo que son una alternativa práctica. Por supuesto, para aprovechar sus beneficios debes contar con una tarifa de discriminación horaria (TDH).
Algunas personas los confunden con los emisores térmicos, pero su funcionamiento es distinto. Ambos son equipos de calefacción eléctricos sostenibles. Sin embargo, a diferencia de los acumuladores, los emisores no tienen la capacidad de almacenar el calor.
Te he preparado un artículo sobre cómo ahorrar con un acumulador de calor
¿Cómo funciona un calefactor acumulador?
Aunque no seas un experto en calefacción, te resultará fácil entender el mecanismo de los acumuladores de calor. Solo necesitas conocer las partes que lo componen y su función.
Sus componentes esenciales son cinco: el acumulador, las resistencias, el aislamiento, el termostato y el sistema de seguridad.
Resistencias
Las resistencias producen la corriente necesaria para calentar el acumulador de manera uniforme. Son canales que producen energía eléctrica y la transforman en calor, por lo que llegan a alcanzar hasta 600 y 700° C.
Acumulador
El acumulador está formado por ladrillos refractarios que pueden resistir hasta 800 °C de temperatura. Por lo tanto, almacenan y retienen la energía térmica obtenida a partir de la electricidad. Este tipo de bloques soportan altas temperaturas sin alterar su estructura, su resistencia y su conductividad térmica.
Su composición química es diferente a la de los bloques normales, pues están hechos de arcilla con un alto contenido de alúmina y sílice. Esto hace que tengan distintos usos domésticos e industriales, desde hornos y chimeneas hasta el revestimiento de superficies en obras de construcción.
Aislamiento
El aislamiento térmico evita las fugas externas para impedir que se pierda el calor durante los ciclos de carga o descarga. Además, limita la temperatura de la superficie del equipo a 90 °C, el límite establecido por el Código Técnico de Edificación (CTE).
Este componente determina gran parte la calidad de los acumuladores, así que es importante que sean efectivos, no combustibles ni contaminantes.
Termostato
Esta pieza también se conoce como “limitador”, pues controlan la temperatura emitida al interior de la estancia donde esté instalado el dispositivo y la mantienen en un nivel adecuado.
Hay dos tipos de acumuladores de calor: estáticos y dinámicos. Por lo general, mientras que los primeros no te permiten controlar el termostato de forma manual, los segundos sí te dejarán ajustarlo a tu gusto.
Sistema de seguridad
Aunque el funcionamiento de los calefactores acumuladores es simple y seguro, es necesario que cuenten con un mecanismo que se active en caso de fallas. Así, se puede evitar que el aparato alcance temperaturas demasiado altas y peligrosas.
En caso de que el dispositivo tenga alguna avería persistente como sobrecalentamiento, ruidos u olores extraños, te recomendamos acudir a un servicio técnico especializado para solucionarlo.
¿Qué tipos de acumuladores existen?
Hay tres tipos de acumuladores domésticos: estáticos, dinámicos y solares. No obstante, los dos primeros son los más usados. A continuación, te contamos en qué se diferencian unos de otros.
Acumuladores estáticos
Los modelos estáticos son los más baratos y comunes. Funcionan con un sistema tradicional de aislamiento térmico y permiten aprovechar hasta un 25% de la energía térmica acumulada. Parte de la carga se enfría por el aire natural, a pesar de que el aparato cuenta con mecanismos para impedirlo.
Su ciclo de descarga es continuo con una temperatura estándar, por lo que no tienes la posibilidad de ajustarlo. Sin embargo, este tipo de calefactores son efectivos en estancias en las que haya gente de manera habitual, pues crean un ambiente cómodo y acogedor.
Acumuladores dinámicos
Los equipos dinámicos son los más demandados, ya que cuentan con un sistema de aislamiento térmico mucho más eficaz. De hecho, garantizan el uso del 85% de la energía térmica acumulada para climatizar la estancia. Mientras que los modelos estáticos funcionan por radiación o convección, estos cuentan con una turbina conectada al acumulador.
Su mayor ventaja es que tienen un mecanismo más eficiente para gestionar el calor, pues permiten utilizarlo solo cuando lo necesites y cuentan con un termostato para regular su temperatura.
Por lo tanto, estos modelos no disipan sus reservas por completo durante el día y en las noches recargan solo la cantidad de energía empleada. Así, ayudan a disminuir el consumo hasta un 25% en comparación con los acumuladores estáticos.
Acumuladores solares
Estos aparatos gastan una cantidad mínima de electricidad, pues solamente usan este tipo de energía cuando es necesario para completar su carga. Además, para esto emplean los excedentes de las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo. Por lo tanto, son la alternativa menos común pero más sustentable.
Cuáles son las ventajas de un acumulador
Este tipo de calefactores se han vuelto cada vez más populares por sus beneficios. En primer lugar, el ahorro en el recibo de la luz con un acumulador eléctrico es significativo, pues sus ciclos de carga coinciden con los horarios de tarifa reducida.
De igual forma, estos aparatos no emplean combustibles ni generan gases ni humos tóxicos. Tampoco utilizan el oxígeno de la habitación, por lo que no causan efectos negativos en el ambiente ni son nocivos para la salud. Además de estas, los acumuladores de calor cuentan con otras ventajas que te comento a continuación.
- Son fáciles de instalar.
- Requieren poco mantenimiento.
- Garantizan una temperatura estable y segura.
- No necesitan un depósito de combustibles ni piezas especiales.
- Algunos modelos son programables y permiten regular la temperatura.
- Implican un menor gasto de económico en comparación con otros sistemas de calefacción.
Te invito a leer artículo para ahorrar energía utilizando un acumulador
Asimismo, debes tener en cuenta las características de tu vivienda para determinar si un calefactor acumulador es la mejor opción para ti. Estos aparatos son más efectivos en pisos pequeños habitados por varias personas. Si tienes una casa grande, te recomiendo probar con un sistema diferente o instalar varios de estos dispositivos.
¿Cuánto es el tiempo de carga de los acumuladores en tarifa nocturna?
Un acumulador nocturno funciona en conjunto con los horarios de tarifa reducida, por lo que se carga durante la franja temporal llamada “horario valle”, un lapso que va desde las 22 a las 12 horas durante el invierno y a partir de las 23 hasta las 13 horas en el verano.
Este periodo de tiempo es suficiente, pues el dispositivo tarda unas 8 horas en llenar sus reservas. Asimismo, durante este tiempo aún libera el remanente del calor emitido durante el día para mantener la climatización del ambiente incluso por la noche.
¿Calor azul o acumuladores?
La calefacción de calor azul también es otro sistema novedoso que ha ganado mucha popularidad. A diferencia de los radiadores eléctricos de aceite, emplean la electricidad y la transforman en energía térmica.
Por lo tanto, estos equipos no son una alternativa de bajo consumo. Así que, si se trata de ahorro, los acumuladores de calor son una mejor opción por las razones que he comentado antes.
Conclusión
Ahora que conoces el funcionamiento y las ventajas de este sistema de calefacción sostenible, es hora de evaluar si se ajusta a tus necesidades. De esta manera podrás aprovechar todos sus beneficios.