A todos nos ha pasado que estamos en casa y notamos que algo le falta al ambiente. No hace calor, ni frío.
Sucede que lograr un espacio agradable, y donde te sientas bien, requiere de practicidad, comodidad y buen gusto.
La decoración, el equipamiento, los colores, la iluminación, los tapices y la energía que te transmiten sin duda tienen que ver con tu bienestar.
Pero hay algo fundamental a tener en cuenta: el aire.
Para lograr un ambiente confortable necesitas el equipo adecuado: a veces esto quiere decir un aire acondicionado, y otras veces calefacción.
Pero por si no lo has considerado, es hora de pensar si lo que necesitas para tu casa es un humidificador, o un purificador de aire.
Qué es un humidificador
Si no escuchaste hablar de ellos, un humidificador es un aparato que tiene la función de aumentar la humedad ambiente de una habitación. Lo que hace en realidad es transformar líquido en vapor.
Hay dos motivos por los cuales puedes necesitar un humidificador en casa:
- Vives en un lugar seco: si tu ciudad se caracteriza por las sequías o falta de lluvias, seguro que no hay una buena humedad ambiente, por lo que hay que generarla artificialmente.
- Usas mucho el aire acondicionado o la calefacción: si utilizas en exceso estos artefactos, debes saber que, aunque por diferentes motivos, secan el ambiente.
En cualquier caso, generar un espacio con mayor humedad es un beneficio para tus vías respiratorias, previene las alergias y la gripe. Además, hidrata tu cuerpo y permite un buen descanso.
Un ambiente confortable se siente en la piel.
Existen 3 tipos de humidificadores
- Vapor caliente: similar a poner a hervir agua, estos artefactos utilizan resistencias eléctricas para producir la evaporación. Utiliza agua del grifo, ya que al llegar a los 100°C no hay riesgo de diseminar gérmenes.
Lo malo es que no puedes dejarlo encendido muchas horas porque aumenta la temperatura y hace ruidos molestos. - Vapor frío: lo que hace este dispositivo es tomar el aire del ambiente y pasarlo por el agua para que absorba humedad. Este vapor es más ligero, lo que lo vuelve más fácil de respirar. Al no hervir, tendrás que usar agua destilada, para evitar dispersar virus y bacterias por toda la habitación.
Es más económico que un vaporizador caliente, pero la necesidad de agua destilada lo vuelve más costoso. Además, no elimina los gérmenes. - Vapor ultrasónico: también funciona en frío, por lo que necesitas usar agua embotellada. Lo que hace este aparato es generar vibraciones en el agua a nivel molecular, lo que traslada la humedad al ambiente. Es muy efectivo, y te recomiendo usarlo si quieres ahorrar energía, ya que consume muy poco.
¡Cuidado! No lo confundas con un deshumidificador, que es justo lo contrario, y se encarga de quitar la humedad del ambiente. Por ejemplo, tu aire acondicionado split puede tener esta opción.
Qué es purificador de aire
Distinto de un humidificador, un purificador elimina la contaminación en el aire. Aunque no los veas, en cualquier habitación puede haber virus, bacterias u hongos flotando o reposando en superficies.
Un purificador absorbe el aire del ambiente y lo pasa por un filtro que elimina casi todos los elementos contaminantes.
Existen varios tipos de purificación del aire:
- HEPA: es uno de los más usados. Filtra las partículas y retiene los gérmenes en una fibra.
- Iónico: lo que hace un purificador de iones negativos es tomar las partículas del aire, agregarles un elemento para que se vuelvan más pesadas y se adhieran a una superficie sólida cercana, como una pared o el suelo. Esto no elimina la contaminación, pero evita que esté en el aire que respiras.
- Carbón activado: desde hace más de un siglo esta tecnología sirve para purificar el agua y el aire. Es muy efectiva para eliminar olores, aunque no lo es tanto para eliminar virus y bacterias.
- UV: en este caso el artefacto absorbe las partículas de aire y las expone a una lámpara de rayos UV que destruye a los microorganismos que pasan por ella.
Los purificadores de aire no siempre utilizan una sola de estas tecnologías. Es muy habitual que las combinen para lograr una mayor eficacia. Te recomiendo que a la hora de comprar uno de estos artefactos, tengas en cuenta la combinación de un filtro más un eliminador de gérmenes, por ejemplo HEPA y UV.
Diferencias básicas
Un humidificador aumenta la humedad al ambiente. En el caso del vapor caliente, te aseguras de que no contiene virus ni bacterias debido a la alta temperatura. Sin embargo, no elimina ninguna partícula que ya se encuentre presente en la habitación.
Un purificador no modifica la humedad ambiente, sino que absorbe el aire, lo somete a un proceso de filtrado, y lo devuelve a la habitación. Puede eliminar gérmenes, pero no modifica las condiciones del aire.
Respecto a la prevención de alergias o de la gripe, un humidificador lo que hace es mejorar el espacio en que te encuentras para que tu nariz y garganta estén hidratados. Por otro lado, un purificador elimina esas amenazas, evitando la exposición.
En cuanto al bienestar general, un humidificador crea un ambiente más agradable y eso se siente en la piel. Con un purificador no sentirás cambios aparentes.
Qué aspectos técnicos debes de tener en cuenta
Por fuera puede que sean artefactos similares, pero por dentro no lo son para nada. Esto se debe a que son para diferentes fines.
- Un humidificador puede tener resistencias eléctricas o piezas de ultrasonido.
- Un purificador lleva filtros de aire, fibra o lámparas UV.
En conclusión, antes de comprar uno de estos pequeños electrodomésticos, analiza tu situación y piensa qué es lo que necesitas.
Si vives en un lugar seco o utilizas mucho la calefacción, seguro te vendrá bien un humidificador.
Ahora si el caso es que por tu oficina circula demasiada gente y eso aumenta la cantidad de gérmenes en el espacio; o es época de alergias y quieres evitar estornudos, un purificador es una buena idea.
También existe algún producto con la doble función de purificador y deshumidificador, como el Dyson Pure Humidify + Cool
Ya tienes toda la información que necesitas, ¡ve a por ello!