En los ciclos de refrigeración de los aires acondicionados circulaban los CFC, que son gases que ayudan a reducir y mantener la temperatura de tu habitación para que resulte agradable.
Pero a pesar de que estos gases hacían que el proceso fuera más sencillo, su uso está prohibido desde hace un tiempo. ¿Quieres saber por qué? Te cuento de qué va todo.
¿Qué son los CFC?
Primero lo primero: CFC son las siglas de CloroFluoroCarbonos, sustancias compuestas por cloro, flúor y carbono, como lo sugiere su nombre. Se encuentran en estado gaseoso y se han usado como refrigerantes durante muchas décadas, pero también tienen otros usos comerciales:
- Propulsión de los aerosoles.
- Fabricación de espumas.
- Limpieza de restos de soldaduras, pegamentos y grasa.
Los compuestos que forman parte de los CFC son inertes cuando están en las capas más bajas de la atmósfera, pero cuando llegan a la estratosfera pierden su estabilidad química y comienzan a consumir ozono.
Origen de los CFC
Thomas Midgley fue quien descubrió los CFC debido a la necesidad de encontrar en el sector industrial, una sustancia refrigerante que no fuera tóxica para los seres humanos.
En efecto, estos gases evitaban muchísimas intoxicaciones y pronto pasaron a sustituir al amoniaco y usarse en los sistemas de refrigeración de los aires acondicionados de los coches, neveras y otros aparatos del sector industrial.
En aquel entonces el uso fue tal que tan solo en la década de 1980 se liberaron a la atmósfera más de 1 millón de toneladas de CFC al año. Esto se hizo sin considerar los efectos negativos que tenían dichos gases sobre el planeta.
CFC y daños en la capa de ozono
Frank Sherwood Rownland, Paul Crutzen y Mario J. Molina investigaron a fondo los CFC y descubrieron la amenaza que representan cuando se liberan en la atmósfera. Las investigaciones de estos tres científicos les hicieron merecedores del Premio Nobel de Química en el año 1995.
Sin embargo, ya se habían acumulado enormes cantidades de estas sustancias cuando demostraron la relación directa que tienen con el agujero de la capa de ozono.
Ahora bien, ¿cómo los CFC afectan la capa de ozono?
Lo que ocurre es que cuando una molécula de este tipo de sustancias está en contacto con la luz se produce una reacción fotoquímica. Al comenzar dicha reacción se libera un átomo de cloro que tiene un electrón libre. Este átomo es muy reactivo y tiene una afinidad tan alta por el ozono que termina por destruirlo.
Se estima que por cada átomo de cloro liberado se destruyen 100 mil moléculas de ozono.
Prohibición de los CFC
Debido a que son responsables de los daños en la capa de ozono, los CFC están prohibidos en la Comunidad Económica Europea. Esto es así desde el 1 de octubre de 2020 y la decisión se basa en el Reglamento (CE) Nro. 2037/2000 sobre sustancias que agotan la capa de ozono.
Esta prohibición forma parte del protocolo de Montreal para cuidar la capa de ozono.
¿Será suficiente con esta prohibición para que el daño se revierta? ¿Qué dicen los expertos?
Los estudios realizados muestran que, si se respeta la norma, el agujero en el Hemisferio Norte puede llegar a desaparecer para el año 2030, mientras que el agujero de la Antártica podría hacer lo mismo en el 2060. Una prueba más de que mantener y recuperar al planeta está en nuestras manos.