El uso de aceites esenciales cada vez es más popular. Sus múltiples beneficios se asocian con la aromaterapia, el bienestar y la cosmética.
Ya sea porque los has visto en internet, en videos de YouTube o una buena amiga te los recomendó, seguro que en tu casa hay un par de botellitas de algún aceite esencial. Pero, ¿cómo saber si lo has estado aplicando de manera correcta todo este tiempo?
Por eso hoy quiero hablarte de los 10 errores más comunes al usar aceites esenciales. Porque, aunque hay mucha información sobre qué son o para qué sirven, casi nadie te dice qué es lo que NO debes hacer con ellos.
Te he preparado una guía para aprender a usar los difusores de aromas , y una lista con los aceites esenciales imprescindibles.
1. No investigar sobre la calidad de los aceites esenciales
Como todo en la vida, hay productos que son de buena calidad y otros que no tanto. Y los aceites esenciales no son la excepción. Por desgracia, hay muchos en el mercado que no son puros. Los fabricantes los diluyen con alguna sustancia sintética o lo rebajan con aceite vegetal.
En estos casos, la efectividad y la calidad no son los mismos que en un producto 100% virgen (sin mencionar que no sabrás qué clase de químico estarás metiendo a tu organismo).
Investiga en profundidad los ingredientes del aceite, cuál es su proceso de cultivo y sobre su pureza.
Opta por productos 100% naturales donde no se hayan usado pesticidas ni otros agentes químicos tóxicos. También es importante elegir marcas reconocidas que cuenten con una trayectoria en la industria.
No te límites a encontrar un buen precio. Recuerda que, a veces, lo barato sale caro.
2. No cerrar bien el recipiente o exponerlo al sol
Sí, los aceites vienen en botellitas de vidrio oscuro que los protege de la luz del sol. Sin embargo, no por eso debes descuidar dónde los guardas.
Son productos bastante sensibles a la luz, por lo tanto, escoger un lugar fresco (y sin exposición directa al sol) es clave para que sus propiedades se conserven durante más tiempo.
Asegúrate de taparlos bien. Estos aceites son volátiles, si los dejas mal cerrados se evaporan.
3. Aplicar aceites fotosensibles sobre la piel y tomar el sol
¡Grave error! Los aceites fotosensibles ocasionan una reacción en la piel cuando se expone al sol. Pueden dejarte desde manchas oscuras (que no se quitarán) hasta irritaciones cutáneas.
En especial debes tener cuidado con los cítricos como el limón, el pomelo, la naranja y el comino.
Si vas a salir a la calle de día, no te lo apliques en una área de la piel donde te dé el sol directo. Mejor hazlo en lugares poco visibles como detrás de la nuca o bajo la ropa.
4. No diluir el aceite
Este error es bastante común. Los aceites esenciales son compuestos 100% puros y concentrados. Por lo tanto, no se recomienda aplicarlo directo sobre la piel por dos razones:
- Es un producto bastante volátil. Si te lo das directo se evaporará con facilidad y no penetrará por tus poros. En otras palabras, no aprovecharás sus propiedades.
- Si tienes piel sensible, te causará irritaciones. Existen aceites calientes como el de orégano o la canela que si lo aplicas directo pueden quemarte y provocar ardor.
Para evitar esto mezcla el aceite esencial con un aceite vegetal como el de coco, el de semilla de uvas o un gel neutro para que se extienda y penetre bien la piel. Además, te ayuda a prevenir los problemas de ardor o irritación.
Ojo, nunca los diluyas con productos cosméticos y medicinales ya formulados. Utiliza solo aceites vegetales.
5. Dejarlo al alcance de los niños
Que los aceites esenciales sean productos naturales no significa que no tengan sus contraindicaciones.
Por temas de seguridad, mantenlos alejados de los niños. Así evitarás que ingieran el contenido, jueguen con ellos o rompan el recipiente de vidrio.
Otra cosa importante es dónde aplicar el aceite en los niños: asegúrate de colocar el producto en lugares que no puedan tener contacto con sus manitas. Así evitas que se froten los ojos o se metan las manos a la boca con el producto.
Algunas zonas seguras son la planta de los pies, en el antebrazo o en la espalda.
6. Creer que todos los aceites se pueden ingerir
Esto es falso. De nuevo, tiene que ver con el tema de calidad: no todas las marcas de aceite esenciales se pueden ingerir. No sabes si son puros, si traen sintéticos o si los ingredientes se cultivaron con pesticidas.
La mejor solución es comprar aceites esenciales exclusivos para el consumo humano (y que además le añaden un buen sabor a tus bebidas). Por eso te recomiendo investigar a profundidad el producto y la marca antes de comprar.
7. Consumir aceites esenciales en exceso
De nuevo, el hecho de que sean naturales no quiere decir que consumirlos en exceso no tenga ningún efecto en tu salud.
Es importante que regules las cantidades que utilizas. Sigue las instrucciones del fabricante e investiga cómo (y cuánto) ingerir el aceite esencial.
Por ejemplo, un error común es dejar el difusor de aroma encendido todo el día. Si bien es cierto que si estás en un área abierta no pasa nada, el problema aparece cuando lo utilizas en una habitación pequeña.
Si lo vas a inhalar, no se recomienda que sea más de 10 minutos. Y si lo vas a ingerir, hay que hacerlo con moderación. Un exceso puede causar una sobrecarga a tu hígado, riñones y en general a tu organismo
No pienses que más es mejor. Aun si consumes poca cantidad conseguirás los beneficios que ofrece tu aceite puesto que está muy concentrado. No te preocupes.
8. Usar plástico con aceites esenciales
Si vas a hacer alguna mezcla o a tomarlo, no utilices recipientes de plástico.
El aceite esencial en contacto con el plástico o el metal puede desprender químicos dañinos para tu salud. Por eso es importante que uses envases y utensilios de vidrio o cerámica.
9. Comprar un aceite solo porque te gusta el aroma
Es cierto que los aceites esenciales son un perfume natural perfecto para tu hogar. Pero recuerda que ese no es su objetivo principal, estos productos son medicinales y tienen efectos sobre ti.
No elijas uno solo porque te gusta el olor. Mejor opta por aquellos que te ayuden a lograr lo que buscas, ya sea para tu terapia, cuidar de tu piel y cabello o hacer la limpieza en casa.
Para que te hagas una idea de lo influyente que puede ser, te pongo el ejemplo de la lavanda: el aroma es genial y a muchos les gusta. Sin embargo, este ingrediente tiene un efecto sedante. Es bastante útil si quieres relajarte e ir a dormir, pero no tanto si lo inhalas cuando estás trabajando o atendiendo asuntos importantes.
¿Ahora ves la razón de elegir una opción en función a tus necesidades y no solo por la fragancia? Una vez más, investiga antes de comprar.
10. No utilices cualquier aceite esencial cuando estás embarazada o lactando
Hay algunos aceites que debes evitar si estás embarazada.
Tu cuerpo tiene un balance hormonal para que todo vaya en orden durante el embarazo. Si consumes algún tipo de aceite de manera continua, puedes alterar dicho equilibrio hormonal.
Sin embargo, es verdad que existen aceites y extractos suaves bien tolerados incluso para los bebés. Algunos de ellos son el de árbol de té y el de lavanda.
Eso sí, la calidad del producto, identificar las especies vegetales que lo componen y la seguridad de que de verdad sean aptos para el uso en embarazadas y niños es primordial.
Además, se recomienda seguir 3 precauciones básicas: aplicarlos diluidos en aceite vegetal, consumirlos de forma tópica (no vía oral) y moderar su uso.
Si estás lactando la situación es similar. En este caso, tendrás más flexibilidad al usar tus aceites. Basta con que evites aplicarlos en el pecho para que no tengan contacto con el bebé.
Aun así, recuerda consultar siempre con tu ginecólogo y/o pediatra sobre el uso de estos productos y pregúntale cuáles puedes (o no) usar. Este artículo no pretende sustituir una indicación médica.
Aprender de los errores más comunes al usar aceites esenciales es clave. Hacer esto te ayudará a dominar su uso, evitar desperdiciar los productos y lo más importante: prevenir efectos dañinos en tu salud y lograr tus objetivos.
Más que una lista de errores, tómalo como recomendaciones vitales para usar aceites esenciales.
